Estimado acampado
Debo decirte, ante todo, que entiendo y apoyo absolutamente el movimiento (ojo, llamarlo «el movimiento» suena un tanto oscuro). Estuve en las acampadas, he participado en asambleas y fuí a plaza catalunya cuando el desalojo del 27M. Lo apoyo rotundamente. No obstante, tengo unas cuantas cosas a decir (y propondré algunas alternativas al final de todo).
– Primero, creo que estamos perdiendo el norte. Salimos a la calle el 15M por la precariedad laboral, los recortes en sanidad y educación, la falta de democracia, la corrupción política y la crisis en la que nos han metido los bancos y que pagamos nosotros (y quizás algún punto más que me olvide). Todos esos motivos nos aglutinaron y nos dieron metas en común, y por ello gozamos del soporte de prácticamente todos los ciudadanos de este país.
Poco a poco, sin embargo, los manifiestos van divergiendo de esos puntos y van añadiendo otros puntos, como los derechos animales, la ecología, el sexismo, incluso el debate sobre la república o la autodeterminación. Antes que nada quiero aclarar que estoy a favor de la igualdad de sexos, de los derechos de los animales, el ecologismo como forma de sostenibilidad para poder vivir en el planeta, y creo que la autodeterminación y la república son dos debates que tarde o temprano tendremos que tener.
No obstante, creo rotundamente que no es el momento. No salimos el 15M a la calle por ninguno de estos puntos, salimos por los más arriba mencionados. Si abrimos ahora esos debates, perderemos el soporte de mucha gente y nos debilitaremos. Y perder lo que hasta ahora nos ha dado credibilidad y fuerza, el soporte de los ciudadanos, sería un gran error. Debemos ser una multitud con un objetivo claro y común para poder tener la fuerza de cambiar el mundo.
– En segundo lado, la forma de la protesta. Entiendo que las acampadas son algo a largo plazo, y que por tanto no pueden ceñirse a la reivindicación. Entiendo que se quieran hacer atractivas para el resto de ciudadanos y que se acerquen a participar, pero creo que empieza a ir demasiado lejos. Pero se nos va de las manos. Primero, los huertos y los talleres de taichi o risoterapia, por poner ejemplos. Me parece genial que la gente tenga estos hobbys, o que lo entiendan como una forma de vida, pero estos campamentos son actos de protesta, no mercadillos por la sostenibilidad global. De igual forma no entiendo que haya decenas de comisiones con múltiples subcomisiones. ¿Subcomisión de teatro? No, el tiempo del teatro como reivindicación ha pasado, hagamos cosas serias.
– Por otro lado, las acciones que se llevan a cabo. Entiendo (aunque no siempre comparto) que se quiera ser un movimiento pacífico. No obstante, o empezamos a tensar las cosas o no nos harán caso. Si los campamentos están en sitios que no molestan, no se molestaran en quitarlos, esperarán a que desaparezcan por el cansancio de la gente (desalojar solo reaviva el fuego, como el 27M). Está muy bien que entremos a un banco y nos hagamos los muertos. Pero como no empecemos a molestar de verdad, ni se molestarán en escucharnos. Cuando alguien manda y lo hace de forma poco «tolerante», no cederá en su postura a menos que tenga miedo de poder perder el control.
– El papel de los medios de comunicación. Existen varias formas para asegurar la sanidad de la democrácia, como la separación de poderes y la prensa. La prensa de nuestro país está absolutamente sesgada por los organismos que las controlan, y solucionarlo es muy difícil. Hay que lograr su complicidad y su atención de una forma más continuada, y sobretodo su RIGUROSIDAD.
– Creo que cometemos un error al pensar en una reforma de la ley electoral como si eso fuese a ser la solución a todos los problemas. Seamos realistas: En las últimas elecciones, el PP y PSOE sumaban el 85% de los votos. Por mucha reforma que haya, o los abstencionistas se ponen las pilas y votan a otros partidos, o seguirán turnandose en el poder estos dos partidos.
– La fuerza del conjunto: hace falta un portal donde indicar claramente que reivindicaciones hay cada dia de la semana, la hora y el lugar. Por desgracia, no todo el mundo consigue enterarse de donde se hacen manifestaciones, ni las horas.
Se suele decir que cuando alguien critica algo, debería dar alguna alternativa. Yo no creo así: No todo el mundo tiene por que tener soluciones a todos los problemas, y no por ello debe dejar de denunciar que algo esté mal: somos muchos para buscar soluciones que no todos encontramos.
No obstante, tengo alternativas a parte de lo que he criticado:
- Manifiesto común con unos puntos mínimos: la banca (también relacionado con vivienda), reforma de la ley electoral, corrupción política y cero recortes. Para que nadie diga que no propongo medidas concretas: dación en pago, alquiler para viviendas expropiadas, devolución de dinero o nacionalización de banca, recorte drástico de privilegios para banqueros y políticos, banca ética, tasa tobin, reforma fiscal, impuestos muy progresivos, revisión de las SICAV, cierre del departamento de grandes finanzas, anulación de las prescripciones por delitos de evasiones fiscales, regulación de ERE’s por parte del estado, servicios 100% públicos, preferencia para juicios políticos ante otros casos, e inhabilitación para cargos públicos en caso de culpabilidad, limitación del tiempo en que se puede estar en cargo público, reducción de asesores y sueldos de los mismos, imposibildad de pensiones públicas y trabajo en empresas, etc. la gran mayoría de sentido común.
- Basta de subcomisiones absurdas. Obviamente hay comisiones necesarias, como cocina, infraestructuras… Centremonos en discutir un manifiesto común a todos los ciudadanos, verdaderamente apartidista y ni de izquierdas ni de derechas. Basta de tantas actividades lúdicas.
- Sobre las acciones reivindicativas: el tiempo del arte ha pasado. Bloqueemos el acceso a bancos, al congreso y al parlamento, a la generalitat, a la delegación del gobierno. Cortemos las carreteras de acceso a las grandes ciudades. Convoquemos una huelga general. Concentraciones y caceroladas en las puertas de las casas de políticos y banqueros. Hagamos como los griegos y no les dejemos ni entrar ni salir de sus casas o de sus puestos de trabajo. NO DEJEMOS DE MOLESTARLES. Y sobretodo, en todo el país simultaneamente.
- Sobre la prensa, bloquear el acceso a sus oficinas/estudios/imprentas hasta que se comprometan a relatar lo que sucede con mayor rigor y sin directivas políticas de sus cúpulas directivas.
- El tema de la abstención tiene muy poca solución. Quizá una reforma electoral ayude, pero eso solo empujará a votar al que no vota porque no cree en el sistema. Los que pasan de todo seguirán sin votar.
Carta abierta a... 